A 31 años de que panamá haya ratificado la convención de los derechos del niño, nos sentimos honrados de celebrarla escuchando a los protagonistas, los niños, niñas y adolescentes, los sujetos titulares de los derechos que consagra.
Con esta iniciativa la defensoría del pueblo a través de la dirección de unidades especializadas buscamos el empoderamiento de los niños, niñas y adolescentes, busca impulsar la participación activa de los niños, niñas y adolescentes como actores claves del desarrollo sostenible.
A través del ejercicio de los derechos de participación, las niñas y niños desarrollan sus talentos, capacidades y autonomía progresiva, para que puedan reclamar sus derechos y que participen de la toma de decisiones sobre los asuntos que les afectan.
Ante tal escenario y lo que hemos escuchado por parte de los panelistas, el tiempo transcurrido ha dejado ya lecciones importantes, entre las que se encuentran el reconocimiento y valorización de la escuela como un espacio esencial para el desarrollo de niñas, niños y adolescentes, el cual debe ser seguro y respetuoso de sus derechos humanos, así como incluir procesos de consulta a éste grupo etario la cual ha sido profundamente afectado por las emergencias sanitario que atravesamos todos, pues su opinión debe de ser considerada en la toma de decisión y atención de las problemáticas.
Debemos adoptar medidas para que el interés superior de niñas, niños y adolescentes sea realmente la consideración principal en la toma de decisiones, lo que implica garantizarlo como principio rector de las medidas públicas, como derecho y como norma de procedimiento; así como implementar medidas de apoyo a las familias como principales proveedores de protección y cuidado de niñas, niños y adolescentes, dentro de las que se encuentran sistemas integrales de cuidados, medidas de prevención y atención a la violencia familiar, programas de apoyo a la alimentación infantil, políticas dirigidas a procurar la salud integral de las personas más allá de una visión de la salud, entendida como ausencia de enfermedad sino como máximo bienestar.
Debemos asegurar el máximo de los recursos disponibles para garantizar el derecho a la educación para las niñas, niños y adolescentes durante y post pandemia.
Cada dólar destinado a mejorar la calidad de vida de las niñas y adolescentes es un dólar destinado a asegurar el futuro del país.
Es imperante que el país visibilice los temas que atañen a la niñez y adolescencia desde un prisma integral sin dejar ninguno de sus derechos atrás.
Es imperante que exista un verdadero compromiso por parte de los gobiernos al respeto de los derechos que tienen los niños, niñas y adolescentes, que deben ser acatados, como una política de estado y no del gobierno de turno.
Que la corresponsabilidad es fundamental y necesaria para la buena implementación de las políticas a favor de los niños, niñas y adolescentes, así como el empoderamiento de los mismos a través de la sensibilización con los temas que les atañen.
Muchas gracias.